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Feliz Año del Dragón 2024

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     Los dragones asiáticos son muchas cosas, pero no son ni bilingües ni mentirosos. Así que les traduzco su parte: «¡Te estoy diciendo que no soy el tipo de dragón que escupe fuego por la boca! ¡Ven!». Y tiene razón, por la boca no escupe fuego, pero ya es un animal espabilado para encontrar maneras de calentar el año. Yo, por mi parte, voy a hacer caso a la recomendación médica de mantenerme hidratado por lo que pueda pasar. Si quieren un vasito de agua, están convidados. La ilustración es, cómo no, de Jordi Pastor. Mis ropajes están inspirados en un grabado japonés que le gusta especialmente.

Feliz Año del Conejo 2023

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    A ver si tenemos suerte y este Año del Conejo 2023 el espécimen que nos toca es de pelo suave y prono a las caricias. Por un lado es un animal que se pasa la vida poniéndose los dientes largos y consolándose a base de desgastarlos  constantemente, por lo que no me da mucha confianza en lo que respecta a la consecución de metas. Pero por otro, si te da la patita, dicen que es pura magia. Así que ya veremos. Espero que al final no sea gato.     Quería despedirme deseándoles alguna actividad  característica de nuestro lagomorfo favorito que les traiga felicidad a lo largo del año, pero no se me ocurre nada bueno, así que, yo qué sé, que se pasen el año saltando como conejos. O lo que sea.     La ilustración, como no, es de Jordi Pastor.  

Feliz Año del Jabalí 2019

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Igual que al jabalí (cuya identidad secreta es Sus scrofa ), se me ponen los dientes largos solo de pensar que 2019 puede traernos algo bueno (aunque tan solo se trate de un cupón de descuento para tomar café). Ya habrá tiempo de que la dentición se acorte y, en una especie de rejuvenecimiento cruel, volvamos a algo parecido a los dientes de leche. Pásenlo todo lo bien que puedan, estudien, y no se olviden de que este año se puede hacer un poquito el cerdo y gruñir educadamente. La postal, como no podría ser de otro modo, es de Jordi Pastor (compren sus tebeos).

Feliz Año del Perro

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Es vox populi que, en mis años mozos, los perros y yo no terminábamos de entendernos. Incluso monté un grupo musical en el instituto, sigamos con el latín, llamado Cave Canem. Ahora, en esta segunda juventud, nos comprendemos bastante bien, así que tengo puestas mis esperanzas en que este año salga bueno, y que nos haga de lazarillo, incluso lazarillo ladrador si quiere ser un poquito rebelde. Que nos eche un canino si la vida nos trae un hueso duro de roer, y que como dice su propaganda, sea nuestro mejor amigo. A todos ustedes, les recomiendo que hagan un poco el perro (sin reguetón) y que, además del crol, la espalda y la mariposa, también practiquen la postura del perrito. Y si al final el 2018 nos manda a paseo, no olvidemos salir con una bolsita de plástico y una botellita de agua. La ilustración, como no, es de  Jordi Pastor . Visiten su web y compren sus cómics.

Feliz último día del Año del Pájaro

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No creo que nadie pueda discutirme que, a pesar de las tantísimas cosas que han ocurrido en el mundo, este año se ha pasado volando. Eso puede deberse, en parte, a que 2017 es año del pájaro, que como el ave fénix (vean la versión de Osamu Tezuka presente en la postal) renace, y vuelve cada doce años. Si han aparcado bajo los cables donde descansan las palomitas, los gorrioncillos... recuerden, año del pájaro. Si la cigüeña les ha traído un churumbel, año del pájaro. Si les han eclosionado los huevos, año del pájaro. Si parecen un águila... córtense las uñas de los pies, que no hay año del mejillón. En la tarjeta que volvió a tener a bien hacerme el gran Jordi Pastor tenemos al fénix celebrando el año del pájaro que se extraña de mi presencia. Al desplegar mis alas de Ángel (cosa que no hago con mucha frecuencia), me reconoce como un congénere y nos vamos volando a la voz de «¡Feliz Año Nuevo!».

Feliz Año del Mono

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Hay años bellos –ya saben ustedes–, años bonitos, años cucos y, como este que empieza, años monos.     Y una vez creí escuchar a un tipo importante diciendo que no había nada mejor que estar enamonado. Pero claro, no es cuestión de trepar el Sky tree cargando con cualquier desdichada y ponerme a espantar aviones a manotazos; y si hay que ir de rama en rama (un nivel por debajo a de flor en flor ), mejor que sean de canela... Así le encargué a, como no podía ser de otra manera, Jordi Pastor la siguiente imagen, que pasaré a glosar: A la izquierda tienen el kanji del signo zodiacal del mono (申), recuérdenlo. Seguidamente, encontrarán un plátano gigante a medio pelar y a este que les predica vestido de mono en posición de reflexionar profundamente. Arriba, en negro, el consabido feliz Año Nuevo en japonés (sé que no es muy propio de mí el ser tan tópico...). En letra dorada aparece el resultado de la reflexión profunda que les anunciaba, un juego de palabras entre el verbo pasar

Feliz Año de la Oveja

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Sin duda, este va a ser mi año. Bueno, y de todos ustedes también, claro; les animo a terminarlo. Me refiero a que estamos en el año de la oveja, que es el signo del zodiaco chino con el que nací. Quedan muchos retos por delante, acabar con la discriminación para que churras y merinas podamos mezclarnos libremente, que nuestro balido se considere válido, construcción de cañadas hacia pastos más verdes... Pero lo conseguiremos, porque es justo. La beeeeeellísma ilustración de Jordi Pastor me representa formando con un espejo el kanji "未", que es el que se emplea para oveja cuando se trata del zodiaco. Sean muy felices y no olviden descarriarse.